He aquí un atisbo a las promesas de Dios para cada uno de nosotros que aparecen en el Salmo 23 (NTV). Acudamos al buen pastor para una vida plena. Comencemos leyendo este hermoso salmo:

SALMO DE DAVID

23 El Señor es mi pastor;
tengo todo lo que necesito.
En verdes prados me deja descansar;
me conduce junto a arroyos tranquilos.
    Él renueva mis fuerzas.
Me guía por sendas correctas,
y así da honra a su nombre.
Aun cuando yo pase
por el valle más oscuro,
no temeré,
porque tú estás a mi lado.
Tu vara y tu cayado
me protegen y me confortan.
Me preparas un banquete
en presencia de mis enemigos.
Me honras ungiendo mi cabeza con aceite.
Mi copa se desborda de bendiciones.
Ciertamente tu bondad y tu amor inagotable me seguirán
todos los días de mi vida,
y en la casa del Señor viviré
por siempre.

 

Este salmo de David es uno de los más recitados en tiempos de duelo o enfermedad.  Pero las palabras del rey David nos revelan tesoros escondidos para caminar diariamente acompañados de Dios.  David resume en seis versos, afirmaciones que reconocen la grandeza, infinitud y fidelidad de Dios.  Contiene verdades que van más allá de nuestros tiempos de pruebas.  Son promesas que hacen la diferencia tanto en nuestro aquí y ahora como por la eternidad. Echemos un vistazo a estas afirmaciones:

1.El buen pastor es Dios mismo: Jehová, creador del universo y creador de la humanidad.  Se trata del Dios que todo lo sabe y puede, que no está limitado por tiempo ni espacio, y aun así, se interesa personalmente por ti y por tu bienestar, poniendo a tu disposición lo que sea que necesites.

2.El buen pastor nos facilita lugares de descanso.  David describe estos lugares como verdes prados y arroyos tranquilos.  Son lugares/tiempos apacibles de reposo, donde recobramos fuerzas y estímulo para seguir adelante.  Son oasis espirituales que revitalizan nuestra fe.

3.El buen pastor nos dirige por la vida.  La guía de Dios nos fortalece.  Él abre camino para nosotros, sea que escalemos montes, o que crucemos valles emocionales y espirituales.  Su camino no siempre será fácil, pero sí seguro y correcto.  Nos dirige con la firmeza y autoridad de Su vara; nos rescata y reconforta con Su callado.  Con Él, no vivimos a la deriva como vagabundos sin propósito.

4.El buen pastor nos defiende contra peligros, enfermedades, y contiendas al ungirnos con aceite.  Esta era una práctica común de pastores para proteger las ovejas de parásitos que pudieran anidarse en sus cabezas y protegerlas de cortaduras que se hicieran en tiempos de peleas… Dios nos unge con el aceite de Su santo Espíritu que no sólo nos protege, sino que también nos empodera.

5.El buen pastor nos provee fuentes de deleite en Su presencia.  Prepara mesa para nosotros.  Un lugar/tiempo de intimidad donde nos nutre y nos escucha.  Su compañía nos ofrece vida de plenitud, colmándonos de bendiciones a granel; bendiciones que son hechas posibles a partir de nuestra relación con Él.

6.El buen pastor nos abre el camino para garantizarnos un destino de paz y seguridad, aquí y por la eternidad.  Con certeza, nos brinda Su bondad y misericordia cada mañana.  Nos da de Su amor incondicional todos los días; y nos tiene un lugar en Su casa reservado para nosotros sin fecha de expiración.

 

Detente a considerar las siguientes preguntas:

*Lee el salmo en su totalidad, siguiendo la práctica de ‘lectio divina’ (descrita abajo) ¿Cuál verso te llama la atención y por qué?

*Repasa las características del buen pastor explicadas aquí (las ‘d’).  ¿Cuál habla más a tu corazón en estos momentos?

*Todos somos ovejas, ¿Qué tipo de oveja eres? ¿Perteneces a un redil? ¿Qué beneficios ofrece ser parte del redil de ovejas pastoreadas por Jesús?

*¿Qué te responde el Señor?

*Jesús nos afirma que Él es el buen pastor, quien dio su vida por nosotros, las ovejas… (Juan 10:11). Toma un momento para presentarte delante del buen pastor…Él tiene y tendrá cuidado de ti.

 

Práctica Espiritual:

Lectio Divina– Es una lectura intencional de las Escrituras siguiendo estos 5 pasos:

1.Lectio (lee)- Al leer el pasaje lentamente por 3-4 veces, escucha la palabra o frase que capta tu atención.

2.Meditatio (medita)-¿Cómo aplica esta frase o palabra a tu vida hoy? ¿Qué parte de tu vida necesita oír esta palabra?

3.Oratio (ora)-Considera cómo te invita Dios a responder a eso que ha captado tu atención.

4.Contemplatio (contempla)-Reposa en la palabra de Dios.  Dale gracias por haberte hablado a través de Su palabra.

5.Incarnatio (encarna)-Resuelve seguir adelante viviendo lo que Dios te ha revelado.

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